Según la leyenda cosmogónica de Hesíodo "muestra a Cronos, como el tiempo, el indomable hijo de Urano y Gaia". (Wells, 1966), que también fue asignado por los romanos con el nombre del último planeta del sistema solar que conocían, como Saturno.
Saturno representó siempre la figura del padre anciano, ya que este planeta era más pequeño y lento que el vigoroso planeta Júpiter. Así, Cronos para los griegos, Saturno para los romanos estaba asociado a la idea del tiempo. Tal vez dada a su velocidad orbital relativamente más lenta, y por encontrarse al borde del universo conocido entonces.
El símbolo de Cronos, es una guadaña, que juega diferentes funciones, dependiendo de la versión del mito. Por un lado, se dice que es la guadaña que Cronos utilizó para castrar a su padre Urano, asimismo esta guadaña era la herramienta que utilizaba para cortar durante el período de la cosecha. De ahí proviene la asociación de la guadaña que corta vida con la figura mitológica de la muerte. Incluso, la guadaña de Cronos representa el paso del tiempo, y de cómo la vida es pasajera.
El mito no dice otra cosa que como el cielo está dividido de la tierra, tarde o temprano las criaturas con vida serán cortadas por el paso del tiempo. Esto explica también que Cronos sea representado como un anciano, que simboliza el inevitable paso del tiempo. De modo que, es importante aclarar que la antigua Grecia tenía tres vocablos para representar el “tiempo”: el primero Cronos, que se refería al tiempo lineal y cronológico. El segundo kairos que se refería a un momento especial, a un contenido especial y un tiempo especifico. Por último Aion, que es el más ambiguo, pero ha llegado a significar un período muy largo de tiempo, una era. Es decir sin principio ni fin, eterno o para siempre.
En el Timeo, Platón dice acerca de la creación del universo:
"Ahora la naturaleza del ser ideal era eterna, pero darle este atributo en plenitud a una criatura era imposible. Por lo tanto él (Demiurgo) resolvió tener una imagen movible de aion y (...) a esta imagen la llamó Cronos".(Platón, 37, D).
Cronos significa el tiempo: el hambre devoradora de vida, el deseo insaciable de evolución. Juntamente con Rea su esposa y hermana, establece un reinado que se asemeja a la era pre-consciente de la humanidad. La vida no se comprende así misma. Por lo tanto, revolucionar constantemente la naturaleza, insaciable, devora seres, monumentos, destinos casi todo incluyendo a sus hijos (para que no lo destronen) sin piedad, sin apego a lo pasado. Lo que importa es el futuro. Sólo mnemosine se opone a cronos, preservando dentro de lo posible , la lúcida materia sobre la que reina: la memoria. Pero cronos vence siempre. Y continua sin miedo implacable.
Entonces, la importancia de exponer una serie de beneficios y problemáticas donde el tiempo puede trascender u obstaculizar tanto en las imágenes internas como en acontecimientos de la vida real de nuestros afectos por aquello de las coincidencias significativas y las casualidades.
Este fenómeno en primera instancia es influenciado por una cosmovisión (Weltanschauung) que es todo aquello que se percibe subjetivamente, a partir de la construcción de realidad que cada persona ha hecho entorno a sus concepciones religiosas, filosóficas, morales y éticas. Creando así un orden a nivel consciente y racional, de ahí nuestra problemática entorno, a la contraparte de la psique, es decir, a su parte irracional y emocional, porque se refiere a las concepciones que tenga cada persona y su interacción con ellas (tolerancia). Por eso, el mundo de la mente y la materia es responsable del fenómeno de la sincronicidad, que significa:
"Una coincidencia en el tiempo puede ser de dos o más eventos no relacionados causalmente pero que tienen el mismo significado o similar. Para evitarse malentendidos «lo diferenciaré del término sincronismo, que constituye la mera simultaneidad de dos sucesos". (Jung, 2004. Párr. 849).
Es decir, que la relación entre acontecimientos no está basada en el principio de causalidad (causa-efecto), sino de conexiones acausales (simultaneidad de sentido) que un individuo vivencia y sostiene como tal. Por eso, se deduce que esté fenómeno establece esta conexión transversal de sentido a través de las emociones, porque al hacer uso de la función simbólica se puede capturar en un mismo espacio y tiempo un significado y un sentido trascendente. Por esto mismo, la sincronicidad de los afectos puede captarse a través de los símbolos a través de la imaginación, los sueños y las fantasías. Por ejemplo, como cuando uno sueña con la muerte de un pariente lejano de la misma noche cuando ella muere. No puede haber ninguna relación de causalidad se establece a través de su significado compartido e implícito en la coincidencia de eventos relacionados tanto en lo mental como en lo físico.
Acerca de la sincronicidad
La cosa se complica cuando uno va a formular la idea de la sincronicidad, porque hay que partir que desde este punto de vista la psique y la materia son dos aspectos diferentes de la misma cosa. En este caso, existen dos polaridades: uno biológico y uno psíquico. Así pues, todos los fenómenos físicos y mentales son aspectos complementarios de la misma realidad unitaria, de carácter trascendental. En la base de todos los fenómenos físicos y mentales que existen ciertas formas dinámicas fundamentales o patrones de conducta que pueden ser llamados arquetipos, que entendido en el sentido griego se refiere a un patrón ejemplar o modelo del cual otros objetos, ideas o conceptos se derivan sin perder su modelo básico. Ante esto, Jung expone que los arquetipos no solo se trata de "representaciones heredadas, sino de posibilidades heredadas de representaciones”. (Jung, 2009 P. 65).
Entonces, diríamos que una representación particular de algunos de estos arquetipos constituyen la base de toda expresión simbólicamente posible al existir una orden plena de sentido donde puede surgir imágenes en el campo visual interno donde puede ser relacionado de manera semejante. De ahí su dificultad para explicarla de manera casual. Por eso, hay que comprenderla no sólo con la lógica sino como algo transcendental, ir más allá, ya que tenemos que caer en cuenta que este fenómeno se da en "un continuo espacio-tiempo que no se puede representar sino que está un proceso continuo de transformación." (Einstein, 1905)
Teniendo en cuenta lo anterior, la física y el concepto de complementariedad supone unos conocimientos de la física cuántica, entre los contenidos de la consciencia y los contenidos del inconsciente. Se considera un modelo teórico con datos para entender que todos los fenómenos contienen energía y nos proporciona grandes circunstancias que favorecen los estudios para el descubrimiento de una cierta relatividad de tiempo y espacio con el fin de mostrar "datos alusivos a que la energía física e la energía cíclica podrían ser eventualmente de dos aspectos de lo mismo, apareciendo el mundo de la materia como una imagen especular del mundo del espíritu o de la psique y viceversa". (Von Franz, p 212)
Entonces, cuando más nos ocupamos de los sueños, veremos más este tipo de oportunas coincidencias, porque la expresión numinosa de un mismo contenido y la forma en que los eventos están vinculados a una red asociativa en términos de principios científicos y filosóficos, en donde Giovanni pico della mirandola como fiel representante de esta idea en su libro "Del ser y de la unidad" nos dice que: "hay una unidad en las cosas por la cual cada cosa forma un conjunto consigo misma, luego existiría una unidad por la cual una criatura está unida a las otras y todas las partes del universo constituyen un mundo".
El replanteamiento de la "simultaneidad" en sincronía deriva de un enlace de tiempo descrito como una conexión, en donde el tiempo se convertiría en un evento sin restricciones experimentales, donde el observador puede ser fácilmente influenciado por un estado emocional que altera el espacio y el tiempo por "contracción". Por ejemplo, es cuando estamos entretenidos y la pasamos bien, el tiempo transcurre muy rápido. Pero, cuando estamos aburridos y la pasamos mal, es lento, casi que se paraliza.
En este caos de la casualidad, los fenómenos sincrónicos probablemente operan con y contra las leyes conocidas de la naturaleza para producir, en momentos que nos parecen milagrosos, sobre todo cuando hay emociones de por medio, que tengan un significado latente que puede ser reconocida por la conciencia, pero que durante el tiempo pre-consciente, un proceso psicoide (que es la expresión del inconsciente colectivo y los arquetipos) con la que un acontecimiento físico coincide significativamente. "Aquí el significado no puede ser reconocido porque no hay todavía una conciencia". (Neumann, 1954). Por eso es probable que una emoción latente haya sido incubada y al darse las circunstancias se haga consciente.
En este caos de la casualidad, los fenómenos sincrónicos probablemente operan con y contra las leyes conocidas de la naturaleza para producir, en momentos que nos parecen milagrosos, sobre todo cuando hay emociones de por medio, que tengan un significado latente que puede ser reconocida por la conciencia, pero que durante el tiempo pre-consciente, un proceso psicoide (que es la expresión del inconsciente colectivo y los arquetipos) con la que un acontecimiento físico coincide significativamente. "Aquí el significado no puede ser reconocido porque no hay todavía una conciencia". (Neumann, 1954). Por eso es probable que una emoción latente haya sido incubada y al darse las circunstancias se haga consciente.
Como vemos, frente a la evidente experiencia de los fenómenos sincrónicos se hace legítimamente lógico postular: "la idea de que al existir un factor protagonista de fenómenos internos psíquicos y a la vez causante de una ordenación paralela física y exterior". (Pauli, 1950). El fundamento último de este factor, que llamamos arquetipo, participe de una categoría ontológica más allá de lo puramente físico y lo puramente psíquico, que abarca por ello a los dos. Aquello que mueve hilos en el alma también mueve objetos y cosas en el mundo material. Esto, en efecto, nos coloca en el terreno de la especulación metafísica. Además, como su participación en ambos mundos sigue una correlación no sólo de simetrías e identidades formales, sino a la vez de significado, elucidando por tanto los elementos significante y significado propios de un lenguaje, la manifestación psicoide del arquetipo produce en la intuición una genuina impresión de ser inteligente, no meramente mecánica y ciega.
Sincronicidad y afecto
Este relativismo psíquico se vincula al afecto subyacente asociado con las energías arquetípicas que entre lo subjetivo y lo objetivo como "coincidencias significativas". Es decir, la capacidad de representar conductas inconscientes y en este sentido no son representaciones concretas de la experiencia exterior sino naturalmente expresiones arquetípicas de la experiencia interior, es decir, contenidos numinosos con los cuales se manifiestan las transformaciones de la personalidad una y otra vez a través de los tiempos.
Así surge de ese estado "un diálogo más o menos continuo entre el ego y el inconsciente así como entre la experiencia externa y la experiencia interna. De modo que, la dicotomía entre la realidad externa y la interna es sustituida por un sentimiento de realidad unitaria".(Neumann, 1956).
De ahí que todo debe fluir, para que la vivencia sea totalmente natural y puedan movilizarse dentro y fuera los factores intelectuales y los valores emocionales que están interconectados entre sí, con el fin de equilibrar nuestras opiniones y actitudes trayendo información del inconsciente por medio de símbolos y reflexionar acerca de eso que omitimos e intentar lograr esa conexión para vincularlo "entre la persona y el evento... el espíritu trae en sí el evento que le va a sobrevenir...el evento es la impresión de su forma... Los eventos nacen de la misma fuente de la que nacen las personas". (Emerson, 1860).
Esto lo tenían claro los Chinos por medio del I Ching, el cual describe el efecto que una persona individuada (que ha iniciado un despertar de consciencia integral) puede llegar a obtener: En la naturaleza también se observa un rigor sagrado y grave que se manifiesta en la regularidad con que se desarrollan los fenómenos. Por eso, gracias a Richard Wilhelm en su investigación por traducirlo por primera vez a occidente nos dice:
"La contemplación del sentido divino subyacente a la ocurrencia de todos los fenómenos del universo da al hombre destinado a liderar a los otros, medios para producir efectos semejantes. Para eso, es necesaria la concentración interior que la contemplación religiosa desarrolla en los grandes hombres, dotados de fe poderosa. Les permite aprehender las misteriosas y divinas leyes de la vida y, a través de la más profunda concentración, llegar a experimentar esas leyes en sí mismo. De su contemplación emana un poder espiritual oculto que influencia y domina a los hombres, sin que ellos estén consientes de cómo eso ocurre". (Wilhelm, 1950 p. 88).
Ante esto, Ernesto Sábato nos comparte también que:
(…) No hay casualidades sino destinos. No se encuentra sino lo que se busca, y se busca lo que en cierto modo está escondido en lo más profundo y oscuro de nuestro corazón. Porque si no, ¿cómo el encuentro con una misma persona no produce en dos seres los mismos resultados? (…) Así, marchamos un poco como sonámbulos, pero con la misma seguridad de los sonámbulos, hacia los seres que de algún modo son desde el comienzo nuestros destinatarios". (Sabato, 1961).
Esto incluye la expresión y comprensión de lo simbólico, porque la vivencia que genera, no es solo por medio de la acción, y de nuestra sinceridad, sino de nuestra actitud y nuestro propio desarrollo psíquico, así como la manera en que vivimos, tal como decía Paracelso: “No es el ojo el que hace ver al hombre, sino el hombre quien hace que el ojo vea.” Por eso, nuestra responsabilidad es ir más es allá del conocimiento de nosotros mismos porque de ello ha de depender el éxito o fracaso hacia la comprensión totalidad, que aquí es nuestra vida y cómo el tiempo no la limita.
Además, preguntarnos ¿Para que esperar y dejar pasar el tiempo, para decir cambiar o sentir algo? Si lo reflexionamos la mayoría de veces dejamos pasar, las razones y las circunstancias y siempre decimos que el conflicto es tiempo, o no era el momento! De ahí la importancia de sincronizar las razones con las emociones. Así a lo mejor nos evitamos dejar todo al tiempo, para cuando ya no se pueda hacer nada o las personas ya no estén. Por eso hay que intentarlo, dejando a un lado el ego. Porque a veces uno imagina que hay un orden, pero es posible que sea una ilusión del pensamiento. Pero, como le tememos tanto a lo ilógico e irracional, es por esto que solemos dejar nuestras razones y circunstancias al tiempo, donde las excusas al final son el sustento de mantener superficialmente un pensamiento o una emoción. De ahí, que sea importante aprovechar el tiempo y darle continuidad por medio de la reflexión, que es una vía profunda para integrar nuestras experiencias y entendimientos sobre nuestro mundo y como este se ve reflejado a través de la sincronicidad. Ante esto Krishnamurti nos da una pista:
"...Ahora mire, señor, si usted escucha a alguien durante años y ve por sí mismo la belleza de lo que se dice, entonces no quiere escuchar más, entonces ello abre puertas para usted y le permite ver lo que jamás había visto antes. Pero si no ocurre así, ¿qué es, entonces, lo que está mal? ¿Qué está mal con la persona que dice estas cosas, o qué está mal con quien las escucha? ¿Por qué el hombre o la mujer que han estado escuchando por muchos años a quien les habla, no han cambiado? En ello hay una gran pena, ¿no es así?... Por lo tanto, señor, usted no ha dedicado su vida a ello. Estamos hablando de la vida, no de ideas, no de teorías o prácticas, ni siquiera de técnicas, sino de mirar y cuidar la totalidad de esta vida, que es su vida. Y eso implica no desperdiciar su vida. Usted tiene un tiempo muy corto para vivir, quizá diez años, quizá cincuenta, pero no los desperdicie. Mírelo todo, dedique su vida a comprenderlo". (krishnamurti, 1974).
Algo que es importante rescatar aquí es la situación entre el tiempo cronológico y el tiempo psicológico. Es importante poner atención, enfrentar los hechos como son, no como deberían ser, ver los hechos, la verdad, la realidad, porque de lo contrario solo es una vía de escape e ir incubando una situación futura con carga del pasado generando ilusiones tal como decía Platón: "el tiempo es una ilusión persistente", porque de alguna manera somos afectados desde que nacemos hasta que morimos.
Muchas veces el factor miedo influye también de manera sincrónica, por ejemplo para responder preguntas y darle solución algunos probemos planteados desde generaciones anteriores tanto en nuestra familia como toda la cultura a una emoción. En ambos casos, sabrán que el tiempo cronológico y el mental muchas veces no van de la mano y esto hace que nos volvamos esclavos del tiempo.
Por lo tanto, si uno comprende este sentido del tiempo y como juega un papel importante en nuestra vida emocional, ha de florecer un sentimiento maravilloso y absolutamente fuera del tiempo. Es decir, a no estar tan condicionado a su pasado y su futuro sino vivir plenamente su presente para no caer en las neurosis de la vida por quedarnos cristalizados en alguna etapa de la vida y seguir repitiendo o evitando los mismos eventos y errores tal como lo planteaba Freud de recordar, repetir y reelaborar con "el fenómeno de la compulsión a la repetición". (Freud, P. 145 en adelante).
Esto es importante, porque en últimas, como decía Siddartha Gautama: Uno es lo que piensa de sí mismo, así todo nuestro constructo de tiempo, afectos y realidad, se ve reflejado en el fenómeno de sincronicidad que se va manifestando una y otra vez según las actitudes y la creación de consciencia de nuestras propias vivencias.
Esto con el fin de poder vivir emociones más sanas y maduramente acorde a los tiempos de expresión, es decir no esperar a que pase el tiempo para decir o compartir algo (sea familiar, amig@ o pareja) y no estancarnos producto de miedos y cosas no resueltas, ya que esto es generar y abrir posibilidades que capaz no vayan acordes a nuestros deseos y anhelos, pero si influir en otras cosas que no sean buenas, porque así no lo dice Rainer María Rilke:
"Quizás los dragones que amenazan nuestra vida no sean sino princesas anhelantes que sólo aguardan un indicio de nuestra apostura y valentía. Quizás en lo más hondo lo que más terrible nos parece, sólo ansía nuestro amor". (Rilke, 1922. Fragmento de Soneto IX).
Para finalizar, los invito a meditar sobre la idea de como los afectos y el tiempo fluctúan constantemente y no olvidar que si no vamos más allá de nuestros pensamientos y emociones, sólo nos quedaremos con una parte, casi superficial de nuestra vida, y al no darle el debido sentido a nuestra existencia, el tiempo tan solo pasará cronológicamente pero se podrá quedar estancado mentalmente y no habrá individuación ni consciencia. Por tanto, es importante poner en practica la reflexión en función de las acciones de lo que pensamos, decimos y hacemos.
Bibliografía para aquellos que quieran profundizar:
- Einstein, Albert. (1905) “Zur Elektrodynamik bewegter Körper.” Annalender 1987
- Emerson, Raplh Waldo (1860) The Conducto of Life, University Press of America 2006
- Freud, S.: (1920) Más allá del principio de placer, Psicología de las masas y análisis del yo, y otras obras. Amorrortu Editores. Buenos Aires 1988.
- Jung, C.G. (2004) La dinámica de lo inconsciente. Vol.8 Ed. Trotta. Madrid
- Jung, C.G. (2002) Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Obra completa Vol. 9/1 Editorial Trotta S.A. Madrid
- Krishnamurti, Jiddu. (1974) Encuentro con la Vida. Segunda parte - preguntas y respuestas. Gaia ediciones 2009
- Pauli, Wolfgang. (1955). “The Influence of Archetypal Ideas on the Scientific Theories of Kepler.” In The Interpretation of Nature and the Psyche, by C. G. Jung and W. Pauli. New York: Pantheon Books.
- Peat, F. David. (1987). Synchronicity: The Bridge between Matter and Mind. New York: Bantam Books.
- Platón, (1966) Timeo. Obras completas Aguilar S.A. de ediciones. Madrid.
- Neumann, Erich. (1954). Origins and History of Consciousness. Princeton, N.J.: Princeton University Press.
- Neumann, Erich. (1956) The Psyque and the transformation of the Reality Planes. Eranos- Jahrbuch XXI,
- Rilke, R.M. (1922) Sonetos a Orfeo. Editorial Lumen, 1983.
- Sabato, Ernesto. (1961) Sobre Tumbas y Heroes. Seix barral, españa.
- Von Franz, M.L. (1969) Sobre adivinación y sincronicidad: la psicología de las casualidades significativas. Ediciones Paidós Iberica, S.A., 1999.
- West, M.L. (1966) Hesiod, Theogony, Oxford: Clarendon Press 1966
- Wilhelm, Richard (1950) The I Ching or Book of Chains, Serie Bollingen XIX, Pinceton University Press.
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